"EL HOMBRE DE LAS PRISAS"
TOMADO DEL LIBRO SE BUSCAN LOCOS DE JORGE CUEVAS
"EL HOMBRE DE LAS PRISAS"
Los automóviles circulaban a toda velocidad, mientras la migraña lo asediaba.
Caminaba con sus pasos apresurados y, cuando por fin encontró en la acera de enfrente una tienda de libros usados, cruzó la avenida como desesperado.
Entró… El encargado de la librería lo recibió con tono amable.
Buenas tardes, ¿le puedo ayudar en algo? El hombre de las prisas no hizo caso de momento, seguía pensando en lo que tenía que hacer mañana, al grado de que ni siquiera escuchó la pregunta.
Dio dos vueltas alrededor de los estantes, vio todo, pero no fijó su mirada en nada… ¿Me puedes ayudar? Le dijo por fin al encargado de la tienda. Por supuesto, ¿qué libro buscas? "Un Anhelo de Vivir", de Irving Stone. Me parece que lo tengo.
El encargado de la tienda comenzó entonces a buscar, no escuchaba el ruido de los autos, se concentraba en el sonido de las páginas de los libros, en el olor del papel, en el ambiente que proporcionaba la madera de la librería. Encontré el libro, serían 140 pesos. ¿Está bien?
Aquí tienes. El hombre de las prisas, sin darse cuenta, ya le estaba poniendo atención al encargado de la librería.
Se impresionó porque la tranquilidad del librero era contagiosa, disfrutaba de su trabajo, se podía concentrar en la lectura, atendía con esmero y entusiasmo a los clientes, los escuchaba… parecía que estaba de vacaciones mientras trabajaba.
Era tan contagiosa la actitud del encargado de la librería, que el hombre de las prisas de pronto se sentía relajado…
Había abierto los ojos.
Respiraba.
Se dio cuenta de la llegada del atardecer y de la caída de las hojas de los árboles en la Avenida Álvaro Obregón, de las bancas en donde algunas parejas se besaba, vio las aceras en la colonia Roma, en donde muchas personas caminaban como autómatas.
Entonces le dio curiosidad saber qué leía el librero. Por primera vez en mucho tiempo no sintió pena por hacer el ridículo y preguntó: ¿De qué se trata el libro que lees?
Lo descubrirás con tan solo leer esta frase: "El sueño de que existan robots con sentimientos semejantesa a los del hombre, pertenece al futuro, pero en la actualidad ya existen hombres que piensan como robots".* El librero continuó: ¿Te has dado cuenta?, nótalo, la gente camina hacia su trabajo, trabaja, regresa a casa a ver la televisión, va a trabajar una vez más y espera a que llegue el fin de semana y las vacaciones, van como robots, se terminan las vacaciones, regresan a trabajar y otra vez esperan el fin de semana y las vacaciones…
Los robots caminan y hacen las cosas sin ilusión ni tristeza,
al fin y al cabo son robots ¿o no?
Las ciudades están llenas de ellos, siempre hay gente a su alrededor, pero están ciegos y no ven lo que hay detrás de las personas, sólo ven sus propios problemas y no observan lo que sucede con la vida de los demás, ni siquiera con la de sus amigos y sus familias.
Están dormidos permanentemente.
¿Y despertarán?- preguntó el hombre de las prisas. Es posible- respondió el encargado de la librería, y agregó: Cuando nos hacemos conscientes de esto y nos detenemos a reflexionar y respirar volvemos a ser humanos, sentimos, ¡vibramos de alegría o de tristeza ante lo que vemos!, ¡le podemos sonreír a las personas que no conocemos!, sentimos compasión por los seres que vemos sufrir, como aquel viejo que tiene frío, y que está recostado en el piso, aquel que está en la esquina, y al que los ciegos aún no han visto. Despertar es volver a ver… Despertar es buscar dentro de nosotros mismos. Es no ser robot, los robots son todos iguales, los seres humanos somos todos diferentes, somos auténticos, somos únicos.
Para los robots, ser humano "es estar loco", por eso he puesto ese letrero en la ventana de la librería.
El hombre de las prisas volteó, el letrero decía:
¡Se buscan locos! *El libro era La Revolución de la Esperanza de Erich Fromm.
No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a tí mismo, y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar otra vez, corrigiéndote.
Nuca te quejes del ambiente ó de quienes te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas ó malas según la voluntad ó la fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil en una arma para luchar. No te quejes de tu pobreza, de tu soledad ó de tu suerte, enfréntate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos, y la prueba que has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora ó seguiras justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.
Si tu has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido tú.
No olvides nunca, que la causa de tu presencia es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los valientes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tus problemas sin alimento morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que es el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo mismo, reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo; reconociéndote a tí mismo más libre y más fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tú mismo eres tu destino.
Levántate y mira por las mañanas, y respira la luz del amanecer.
Tú eres la parte de la fuerza de la vida.
Ahora despierta, camina, lucha.Decídete de una vez y triunfarás en la vida.
¡NUNCA PIENSES EN LA SUERTE, PORQUE LA SUERTE ES EL PRETEXTO DE LOS FRACASADOS!
Acepta la responsabilidad de edificarte a tí mismo, y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar otra vez, corrigiéndote.
Nuca te quejes del ambiente ó de quienes te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas ó malas según la voluntad ó la fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil en una arma para luchar. No te quejes de tu pobreza, de tu soledad ó de tu suerte, enfréntate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos, y la prueba que has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, acéptate ahora ó seguiras justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.
Si tu has sido el ignorante, el irresponsable, tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido tú.
No olvides nunca, que la causa de tu presencia es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los valientes, de los audaces, imita a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tus problemas sin alimento morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande, que es el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo.
Comienza a ser sincero contigo mismo, reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo; reconociéndote a tí mismo más libre y más fuerte, dejarás de ser un títere de las circunstancias, porque tú mismo eres tu destino.
Levántate y mira por las mañanas, y respira la luz del amanecer.
Tú eres la parte de la fuerza de la vida.
Ahora despierta, camina, lucha.Decídete de una vez y triunfarás en la vida.
¡NUNCA PIENSES EN LA SUERTE, PORQUE LA SUERTE ES EL PRETEXTO DE LOS FRACASADOS!
PABLO NERUDA